jueves, 1 de agosto de 2019

Comportamiento Humano Volúmen 0.8


LA MENTIRA Y LA VERDAD JUEGAN Y SE DAN LA MANO

El espejo y el yo perdido

Me vi en un espejo y descubrí que yo no era yo, o al menos lo que veía no me convencía. Ese reflejo parecía yo, pero algo en él no cuadraba. Me pregunté: si ese era yo, entonces quién soy realmente.

El dilema de la identidad

Toda mi vida supe que llegué a la tierra con fines justos. No creo ser un simple reflejo, pero hoy estoy convencido de que tampoco soy realmente yo. Al principio esa idea me molestaba; sin embargo, al descubrir que alguien más también puede ser yo, hallé cierta tranquilidad.

Moneda y cruz: metáfora de nuestra dualidad

Una vez escuché que somos como una moneda: en un lado, la cara —lo visible—; en el otro, la cruz —lo oculto—. Esa cruz en la espalda quizá es para que nadie la vea. ¿Qué guarda esa cruz que permanece oculta? Yo prefiero no comentar, pero sé que incluso los héroes llevan cruces, y si ellos las llevan, los terrícolas también —la historia de la creación está ligada a esa cruz invisible.

La cruz en el pecho y la revolución

Hubo un tiempo en que los humanos llevaban la cruz en el pecho. Fueron siglos de revolución: creyeron que ese era el lugar correcto, y llegaron a la guerra con la cruz al frente. Pero sin rostro, solo la cruz, perdieron identidad. El enemigo los venció. La guerra fue breve, pero las consecuencias perduraron muchos siglos. Hoy, sus efectos siguen visibles: llevar la cruz al frente, aunque discreto y decente, no conduce a nada. La historia lo demuestra.

 Historia vs. verdad

La historia puede ser tragicómica, pero no necesariamente real. Los medios, la distorsión de la información, malas interpretaciones y opiniones ignorantes crean una gran mentira. Quizás apenas un 1 % de eso sea verdad. Si sumas los años y el indiscriminado “manoseo” de la información, obtienes una mentira miserable, que se transforma con el tiempo en otra mentira. La paradoja del mentir

Decir “uno miente” puede ser en sí una mentira. Como cuando una terrícola dice:

“Fui a llevar melocotones, no, miento, fui…”

Si dice la verdad, está mintiendo; si miente, podría estar diciendo la verdad. Esto revela falta de cultura, escasez de lenguas y ausencia de comunicación sincera.

La lógica de lo ilógico

Cuando lo lógico deja de serlo, lo ilógico se convierte en lo más lógico. Así sucede con lo inesperado: los aviones vuelan, pero los terrícolas no. Las plumas de las “alas de la libertad” están robadas.

 Rumores, prejuicios y conspiraciones

Se dice que los judíos han vendido a toda su raza, menos a alemanes y musulmanes, a quienes “regalan”. Se rumorea que pronto venderán a los humanos. Estas ideas crean odio y miedo, construidos sobre mentiras o verdades a medias. Al final, la verdad se disemina entre silbidos, dudas y contradicciones (extraoficialmente, se rumorea que no pudieron venderse ellos mismos, porque los compradores consideraron que, regalados, ya eran demasiado costosos).


Conclusión: ¿quién soy yo?

  • Nuestra identidad es un reflejo complejo, tanto visible como oculto.

  • La historia y los símbolos (como la cruz) pueden ocultar más de lo que revelan.

  • La verdad está atrapada en interpretaciones, mentiras y barreras culturales.

  • La pregunta fundamental sigue abierta: ¿Quién soy yo?



Nota: Agradecemos las cartas, pero no podemos mencionar la identidad de El Articulador, para mayor información consúltese usted mismo.

El Editor.


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