sábado, 28 de junio de 2025

Comportamiento Humano Vol 1.7

 





Me gusta pensar que soy sincero, honesto y una buena persona. No hay valores más importantes en el mundo… al menos eso digo mientras invento horas extras para escapar a placeres fugaces con desconocidos. No busco aprobación; después de todo, ser leal es un valor que sostengo con firmeza.

Me enorgullece ser un hombre de familia. Tener pareja, hijos y que los demás se retuerzan en su envidia. Por eso, mientras mi pareja se encarga de la escuela, yo aprovecho para asistir a reuniones más “liberales y promiscuas”. Todo sea por el equilibrio emocional.

Tener un hijo con autismo y problemas de adicción a drogas no es fácil, pero lo afronto con libertad... sobre todo la mía. Porque apoyar sus decisiones —incluso si no sabe distinguir la realidad— es parte de mi estilo parental. Mientras tanto, intercambio imágenes de contenido moral cuestionable con gente que no pregunta por mi estado civil.

Mi hija adolescente es otra fuente de orgullo. No permitirle tener triunfos o aciertos, buscarla donde los delincuentes se ocultan, negarle acceso a la educación, llevarla a hacerse abortos —porque crecer como un animal es, según yo, más auténtico— es mi aporte al mundo moderno.

La comunicación es clave. Por eso, cuando mi hija menor me reclama por no dormir en casa, le explico con paciencia que los adultos tienen “asuntos nocturnos” que no deben preocupar a nadie.

Los valores, insisto, son fundamentales. Por eso mis amigos deben tener algo para enseñarme. Así aprendí a mentir y a rodearme de los que nunca juzgan: drogadictos, bebedores, mentirosos, infieles, sucios, personas libres de vergüenza.

Esa es la gente que vale. Aquellos que celebran mis decisiones como cuando abandono a los míos. Porque ser adulto no es fácil y nadie debería pasar la madurez en soledad.

A los que no entienden qué significa ser adulto —y siguen creyendo en la responsabilidad— los invito a que lo piensen mejor… mientras prenden la tele, ponen el canal del fútbol, abren unas bebidas, consumen drogas y le muestran a sus hijos lo que realmente importa en la vida: el ejemplo.