«Juego fácil»

JUEGO_FACIL

Sacudió las caderas hasta quedar enfrentada a mí, las miradas del salón la siguieron sin disimular. Cuando la tuve tan cerca pude sentir el sabor de sus labios, pero en un amague me susurró al oído, me mostró a mi oponente y acepté la apuesta. Siempre fui el mejor, y si tenía algún motivo era aún mejor.

Le pedí que me traiga unos tragos y que tome lo que necesite.
El pobre inocente pretendía intimidarme con su mirada, me dio lástima y lo dejé abrir el juego. Cuando perdió el turno no se imaginó que también perdería a la chica.
El ambiente se respiraba difícil, pero tenía el pulso firme y mi reputación me protegía. La bola 8 entró con furia en la tronera de la esquina.

Mi premio fue ella. Llevé mi trofeo hasta mi cueva, mientras viajaba en la moto sentí que no llevaba el viento en las velas, pero no le di importancia.

Llegamos y con el cristal de mi foto de graduación picó el último gramo. Lo que hicimos esa noche hizo que satanás tuviera vergüenza, ella placer, y yo una tremenda resaca.

Cuando me desperté el departamento estaba vació, no tenía ni siquiera mi ropa interior, comprendí entonces que no siempre es bueno ganar y a veces es peligroso ser el mejor.


Rodolfo Gonzalez


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