El hombre que da pena



YO TAMBIÉN LA TENGO CHIQUITA


No puedo decir que mi problema es grande, pero puedo decir que tengo un problema serio, bah, ¿Qué problema no lo es? No quiero sonar egoísta, pero verdaderamente mi problema puede ser muy desagradable, y no sólo para mi, porque desafortunadamente tengo que compartirlo.
La mayoría de la gente usaría el término “Embarazoso”, pero debo decir que esta definición, no aplica a mi problema, ya que se puede decir que es todo lo opuesto. Sí, puedo decir que tengo un pequeño problema, muy pequeño, no es algo genético, no es una enfermedad, no es una malformación, es “casi” una formación.
Ya no me avergüenzo, pero todavía siento algo indescriptible, sí, lo voy a confesar así, no tengo un pene que es una pena, porque sería demasiado generoso, mi miembro, no es sólo casi imperceptible, cuando fui al médico la última vez lo pudieron estudiar usando un microscopio.
Es muy pequeño, la primera vez que estuve con una mujer a oscuras, a punto de iniciarme en eso del amor carnal, ella creyó que le picaba un mosquito en su femineidad, me tiró veneno en aerosol (eso sí que arde), luego me vio desnudo y me dijo: -Te está picando en los labios a vos… ¡Sos lesbiana!- y pegando alaridos corrió desnuda de mi casa y nunca más se acercó.
Es doloroso… con el tiempo me enteré que en el barrio dudaban de si era hombre, mujer, andrógino, o engendro y como nadie se me acercaba llegó un momento en que tuve necesidades masculinas… y para masturbarme tenía que usar la pincita de depilar… y la lupa.
Busqué ayuda, en cada hospital, en cada doctor, en internet, probé con productos químicos, con productos naturales, hasta con “El flautista de Hamelin” y nada; el mejor cirujano del mundo me examinó y me dijo que el cambio de sexo era mejor opción; hasta que un día se me ocurrió inyectarme uranio, crecer… no creció nada, pero empezó a explotar.
En mi matrimonio fue lo peor, cada vez que teníamos relaciones, mi esposa no conseguía llegar al orgasmo porque tenía cosquillas. Intentamos de todas maneras, hasta que todo cambió, así de golpe, empezamos a tener relaciones y ella me preguntaba que quería cenar, cuando yo la miraba fijo a los ojos me decía que entre otra vez, y no había salido.
Para ella, tener relaciones conmigo era aprovechar el tiempo, mientras yo estaba arriba de su hermoso cuerpo, ella hablaba por teléfono, y cuando comenzaba mi trabajo, hasta se quedaba sin señal, no podía ser peor. Pero sí lo fue, un día se dio cuenta que podía usar mi masculinidad en su favor, y cuando perdió el escarbadientes, por fin tuve sexo oral… me usó el miembro para limpiarse las muelas.
En la desesperación por salvar mi matrimonio tuve que comprar vibradores y consoladores de todos los modelos y tamaños, de esos que se usan con arnés, pero las instrucciones estaban en chino y me lo puse al revés; es increíble lo que sentí… pero ella no… ella no gozaba, no disfrutaba nada, hasta que aprendí a usarlo, y cada vez quería más y cada vez más, hasta que compré el matafuegos, ahí se calmó.
Ella me ama, pero todo esto era traumático para los dos, y como le daba vergüenza tener un amante se consiguió dos; pero nunca me reprochó nada, nunca se quejó de que salpicara el inodoro, por eso la amo. Una vez me tomé un viagra para probar si me crecía, después de media hora me miré y parecía un fósforo, la llamé y le avisé: -Mi amor me tomé un viagra, en 5 minutos llegó- me respondió: -Te espero en cuatro- y tuve que apurarme, porque no llegaba…
Pero cuando hablo del amor de mi esposa, es amor desde adentro, bien adentro de las entrañas, ella siempre decía que yo tenía la silueta de una estatua de la Grecia antigua, a lo que yo le respondía que en Grecia en la antigüedad, era mas bello tener el miembro pequeño, de ahí que las estatuas están hechas así, ella sonreía y me decía: -Mi amor… también estaba bien visto tener relaciones entre hombres… y ni la estatua de Cupido la tiene tan chiquita.-  
Harto de mi desgracia, la miseria, y de las burlas, llamé al “Récord Guinnes”, quise marcar un récord, y vinieron, y me examinaron, y todo lo que hacía falta, pero no tenían como medir medidas inferiores al milímetro de ancho…